miércoles, 25 de junio de 2008

Ciudad amurallada

En el afán de protegerse la ciudad se rodeó de una gruesa muralla de piedra, lo suficientemente alta como para poder resitir las embestidas de las guerras y fuerte, muy fuerte para no sucumbir antes los embates de la naturaleza.
Y al principio había sido de ayuda esta fortaleza, pero no se dio cuenta la ciudad que el problema estaba dentro de ella: su única fuente de agua era amarga.. y esta agua amarga fue socavando todas las edificaciones y, lo que fue peor, atacó el corazón de la ciudad alegre y tranquila.
La amargura se apoderó entonces de la ciudad intranquila, sus gritos de auxilio fueron tragados por las piedras que debían protegerla, nadie la escuchó agonizar noche tras noche en la soledad que ella misma construyó. Quedó desolada, vacía... con su muro imponente recortando el horizonte.
Y a la luz de la luna sólo se puede ver vagar a una niña, sin rumbo, sin destino... persiguiendo fantasmas inexistentes entre las ruinas de la ciudad amurallada.

Tic - Tac - Toc

Las gotas de lluvia resuenan en los techos de las edificaciones en ruinas, se cuelan entre miles de goteras y van mojando, poco a poco, los recuerdos de días de antiguos.
Las nubes ocultan la luna, eterna compañera de la niña, nubes oscuras y llenas de lluvia que van derramando gotas que parecen lágrimas de mujer destrozada.
La niña sigue sin rumbo fijo las goteras, mira abstraída como la tierra se empapa de este líquido tan suyo pero al mismo tiempo tan extraño a ella. Extiende su mano y deja que el agua cubra su palma, y luego la bota al suelo con un gesto de capricho irresuelto en sus finos labios.Nada se mueve, nada se escucha, a no ser el mismo sonido de la lluvia golpeteando sin cesar los recuerdos de su corta vida.
El tiempo transcurre sin prisa, como si quisiera que la lluvia pudiera ir borrando sin prisa la memoria del pasado.
Un rayo de sol se atreve a brillar tímidamente, deseando ahuyentar las tinieblas y la presencia de la lluvia para siempre. Juguetea en la frente de la niña, dibujando arabescos de una lengua extraña y sin sentido. La niña duerme, sueña con fantasmas sin rostro pero con nombre, a los que persigue pero nunca alcanza.

Tic - Tac - Toc

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