El sol se oculta lentamente mientras va dejando una sinfonía de colores asombrosos tras de sí. La brisa suavemente juguetea con mi cabello y me envuelve la estela aromática del marañón en flor.
Me siento a disfrutar tranquilamente de esta tarde de verano que está a punto de expirar. Simplemente me dejo embriagar por lo que mis sentidos perciben.
Tomo la hoja de papel blanco y vuelvo a leer una a una las letras cuidadosamente hilvanadas, atentamente leo las palabras formadas por ellas hasta conformar el collar de perlas de cristal que me regalaste Niño Poeta...
Y mientras mi mirada recorre el sendero que me dibujaste, mis labios musitan quedamente la historia para hacerla mía por completo.
Me tomas de la mano y lentamente me llevas a la puerta de mi mundo secreto, ese donde me escondo de la vorágine sin cesar... Entro cautelosamente y miro a la luna brillar en todo su esplendor, juego con sus rayos y dejo que me bañe con su luz de plata, que me arrulle con su nana eterna.
Tomo mi pincel y lo mojo en un rayo de luna y voy delineando las sonrisas que has conseguido poner en mi rostro, una acá, otra allá y de pronto se vuelven muchas, todas muy cercanas a mi corazón.
Y sonrío mientras pienso que puedo llegar a ser una Princesa, sonrío mientras contemplo mi collar de perlas de cristal... y descubro que hay muchas cosas por sonreír: la mirada diáfana de mi amiga, los brillantes ojos de mi hermana, el suave respirar de mi madre mientras duerme o simplemente la sonrisa que brota de mi propia sonrisa...
Niño Poeta ¡no te alejes! sigue ayudándome a descubrir mis sonrisas escondidas...
Me siento a disfrutar tranquilamente de esta tarde de verano que está a punto de expirar. Simplemente me dejo embriagar por lo que mis sentidos perciben.
Tomo la hoja de papel blanco y vuelvo a leer una a una las letras cuidadosamente hilvanadas, atentamente leo las palabras formadas por ellas hasta conformar el collar de perlas de cristal que me regalaste Niño Poeta...
Y mientras mi mirada recorre el sendero que me dibujaste, mis labios musitan quedamente la historia para hacerla mía por completo.
Me tomas de la mano y lentamente me llevas a la puerta de mi mundo secreto, ese donde me escondo de la vorágine sin cesar... Entro cautelosamente y miro a la luna brillar en todo su esplendor, juego con sus rayos y dejo que me bañe con su luz de plata, que me arrulle con su nana eterna.
Tomo mi pincel y lo mojo en un rayo de luna y voy delineando las sonrisas que has conseguido poner en mi rostro, una acá, otra allá y de pronto se vuelven muchas, todas muy cercanas a mi corazón.
Y sonrío mientras pienso que puedo llegar a ser una Princesa, sonrío mientras contemplo mi collar de perlas de cristal... y descubro que hay muchas cosas por sonreír: la mirada diáfana de mi amiga, los brillantes ojos de mi hermana, el suave respirar de mi madre mientras duerme o simplemente la sonrisa que brota de mi propia sonrisa...
Niño Poeta ¡no te alejes! sigue ayudándome a descubrir mis sonrisas escondidas...