se me va en deseos,
ilusiones que no sé
si veré cumplidas.
Trato de ya no
pensar en ellas,
de ordenar
las prioridades
del momento,
de poner en perspectiva
mis sentimientos.
Hay momentos en

que creo que lo
he logrado,
que por fin mi
corazón se ha adormecido
por completo...
Pero de repente se
sacude del letargo
autoimpuesto y
da señales de seguir
vivo y con deseos de
experimentar, de disfrutar,
de besar, de acariciar,
de perderse en las pupilas
de otro, de llenarse
de la fragancia de
otra piel, de recorrer
senderos corporales
desconocidos hasta
poder guiarse a ciegas
por ellos...
Sostengo ese despertar
por un momento, sólo
por un breve espacio,
con un suspiro lo
lanzo al vacío y
prosigo caminando.
1 comentario:
. Porque lo importante es vivir intensamente hasta ese momento. Y poder ir sumando días, puede que días de dolor, pero siempre días de vida.
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