jueves, 17 de diciembre de 2009

Esperando, eternamente esperando

Pareciera que mi vida está enteramente dedicada a esperar:
esperar que aparezca,
esperar a que se fije,
esperar a que se de cuenta,
esperar a que... a que todo suceda.


Y nunca pasa nada,
los días pasan uno tras otro
y no hay nada que contar,
nada con lo que soñar,
nada que me haga
estar alerta...


Este eterno "no pasa nada"
me agota, 
me frustra,
me incomoda,
me daña.


Quisiera que pasaran
tantas cosas:
que el corazón me
saltara de felicidad,
que mis pupilas
tuvieran donde fijarse,
que hubiesen brazos
dispuestos a liarse 
en mi cintura,
que hayan labios
dispuestos a recorrer
el camino a los míos...


Pero no,
eso no sucede
y francamente 
pienso que no 
pasará nunca.


Y mientras tanto
sigo esperando...
esperando la nada.

1 comentario:

Jorge E. dijo...

Es necesario esperar, aunque la esperanza haya de verse siempre frustada, pues la esperanza misma constituye una dicha, y sus fracasos, por frecuentes que sean, son menos horribles que su extinción.
Samuel Johnson (1709-1784) Escritor inglés.

Espera, linda, no desesperes. Un beso.