No puedo rogar
por palabras que
no van a ser
pronunciadas jamás.
No puedo obligar a
amistades que están
destinadas a nunca
cruzar puentes
entre las vidas.
No puedo hacer
que las cosas sucedan
como mi imaginación
quisiera que resultaran.
No puedo cambiar
la realidad. Debo
rendirme a ella.
Y ya.
No hay comentarios:
Publicar un comentario