jueves, 20 de septiembre de 2012

Y así de fácil

Así de fácil que entró en mis pupilas,
así también sale por las mismas.
Esa desazón de no saber por donde terminar
lo que nunca empezó es lo que me llena este día.
De no saber si quitarle el nombre a algo 
que jamás pude nombrar porque sólo fue fantasía.
¿Acaso las fantasías pueden ser nombradas?
¿Acaso tienen existencia?
No. No tienen cuerpo ni tampoco tiempo.
Sólo son ideas flotando en la lejanía-cercanía del alma.
Y es por eso quizás que son más difíciles de comprender,
porque ese material incoherente no puede ser asido
como las hojas para estrujarlas.
Sólo queda una especie de vacío donde estuvo anclada.
Y al final no importa si pensaste o no lo hiciste,
sólo importa sacar de tu mente lo inexistente.
La verdad: no es fácil sacarlo,
es más fácil que entre y se instale.
Pero que no sea fácil no significa
que no se tiene que hacer.

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