Gota tras gota el cristal de mi ventana se va mojando. Una a una van formando pequeños ríos que bajan sin prisa por el vidrio.
Mi pierdo en el sonido de la lluvia y mi mirada no deja de observar como las gotas desparecen al unirse con otras. La canción acuosa me va arrullando,
entorno los ojos y pienso en tí.
entorno los ojos y pienso en tí.
Mientras mi piel percibe la frescura que impregna la noche en mi imaginación no estoy aquí. Estoy allá... contigo, contemplándote en silencio, sin moverme para que no se difumine tu presencia.
Quisiera aproximarme, tocarte, comprobar que eres real, pero quizás eso haría que huyeras, que te fueras aún de mi imaginación antes que mi mano llegase hasta ti. Por eso mejor no me muevo, no hago real mi presencia ante ti, desde mi rincón te observo y envidio a las estrellas que te iluminan tenuamente y te hablan en susurros.
La lluvia ha comenzado a disminuir, el golpeteo de las gotas lentamente va disminuyendo, los ríos se van deshaciendo de la superficie de la ventana.
Abro los ojos, regreso a la realidad, el viaje terminó... pero aún sigo añorando el poder escuchar tu voz y conversar de todo y nada, en tranquilidad... junto contigo.
2 comentarios:
Que precioso Karlis, me encantaaa amiga!!
Besos Ale.
Cuanto la lluvia puede hacer soñar, añorar y pesar… quizás es la precisa para crear sueños y ensoñaciones por los mundos que queremos, y más todavía, si las gotas del cielo hacen sus actos frescos por cada pensamiento…
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