Al final del día, tengo un momento de quietud... agradezco el hecho que mi día haya sido muy ocupado, eos no me dejó pensar más allá de lo que debo.
Pero ahora, sentada frente a la pantalla y borrando todos esos correos que nunca podré leer y que ya tienen más de 1 mes de estar esperando ser abiertos, me encuentro uno tuyo. El único quizás que me escribiste, ese en el que decías que me extrañabas... E inmediatamente mis ojos se llenan de lágrimas y mis labios tiemblan por las ganas de llorar, esas ganas que tan bien reprimo a fuerza de tomar agua.
Y pensar que eso nunca existió en realidad, que nunca fue una realidad... sin dudarlo mi mano da el último golpe: desaparece en la lista de mensajes eliminados, donde siempre debió estar, el único lugar en el que encaja.
Pero mi alma sigue de luto, sigue en pleno llanto... por el engaño que yo misma construí con tu ayuda.
Pero ahora, sentada frente a la pantalla y borrando todos esos correos que nunca podré leer y que ya tienen más de 1 mes de estar esperando ser abiertos, me encuentro uno tuyo. El único quizás que me escribiste, ese en el que decías que me extrañabas... E inmediatamente mis ojos se llenan de lágrimas y mis labios tiemblan por las ganas de llorar, esas ganas que tan bien reprimo a fuerza de tomar agua.
Y pensar que eso nunca existió en realidad, que nunca fue una realidad... sin dudarlo mi mano da el último golpe: desaparece en la lista de mensajes eliminados, donde siempre debió estar, el único lugar en el que encaja.
Pero mi alma sigue de luto, sigue en pleno llanto... por el engaño que yo misma construí con tu ayuda.
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