miércoles, 21 de mayo de 2008

Sin lágrimas.

Volví a sentir dolor. Fue como si una mano de hierro estuviera atenazándome la garganta y empujando mi pecho, hasta dejarme sin aire.

Mientras viajaba de regreso a casa, el dolor no disminuyó sino más bien fue como si se agudizara en mi interior.

Llegué a una casa vacía y me senté en el sillón. Contemplé mis manos vacías, esas que soñaron on tu piel, pero estaban frías y sin recuerdos porque nunca llegaron a tocar las tuyas.

Y entonces fue donde me di cuenta que realmente me duele la nada, las palabras huecas y vacías, las mentiras y el juego que te seguí...

Me duele la nada.

Y ninguna lágrima vino a mi encuentro, ni una tan sola rodó por mi mejilla. Simplemente no pude llorar. Por primera vez sentí dolor y no pude desahogarme llorando.

Quizá fue porque ya mi corazón tomó conciencia que no se puede llorar por la nada.

viernes, 16 de mayo de 2008

Tres hermanas

Desde puntos distantes de la tierra,
las hadas se conjuraron para llenar los corazones
de tres mujeres,
todas distintas, cada una con su propia singularidad.


Hurdieron la vida de cada cual,
de tal forma que en el momento indicado
se reconocieran en el camino de la vida
que cada una debía andar...


Para ese momento mágico
en el que se encontrarían,
dispusieron dar regalos a cada
una de ellas, de tal forma
que, aún estando separadas,
se pudieran complementar
como hermanas.


Fue así como a una la dotaron con mucha sabiduría,
sabían que necesitaría esta cualidad
para guiar el camino de las otras dos;
además pusieron en sus manos finas,
el bálsamo vivificador para curar
las heridas del corazón.


A la pequeña, además de regalarle cabellos rizados,
le dieron como don la alegría
sin igual y el carisma de dibujar sonrisas
aún en medio de lágrimas cansadas.
Su sonrisa iluminaría el camino
por muy oscuro que este se encontrara...


Y a la de enmedio le dejaron
como regalo la dulzura...
dulzura sin par.


Las hadas conjuraron
los espíritus buenos
que acompañarían sus tiernos deseos
y partieron con rumbos distintos,
sabiendo en lo más profundo
de sus corazones que
estas tres mujeres
se unirían con
lazos de hermandad
para así ayudarse
en la travesía a andar...




Para mis HMVs: Jud y Ruth... que los límites geográficos sólo se han quedado en el papel...

martes, 13 de mayo de 2008

Sonrisa secreta.

Tienes ese efecto en mí. Haces que sonría para mí misma, me transmites alegría, una alegría sincera, sin doblez.



Me descubro sonriendo a las horas más insospechadas y en los lugares menos pensados. Ahora, por la mañana, veniste en alas de mis recuerdos y pintaste una sonrisa en mis labios, mientras la gente se apretujaba alrededor de mi en el autobús. Y por la tarde, mientras venía absorta en mis pensamientos, hiciste nuevamente que el rostro se me iluminara con tu recuerdo.
Los colores son más brillantes en ese instante, el sol se hace más tibio, la dulzura llena mi corazón.


Y me gusta encontrarme sonriendo, sintiéndome feliz, con sólo recordarme de ti.

lunes, 12 de mayo de 2008

En medio de la noche.

Me voy a la cama, mientras el calor hace que me desespere.


Es por demás, no puedo dormir. Doy vueltas sin sentido en mi cama mientras el pensamiento se me va a otro lado, a un lugar distante que ni siquiera conozco.


Me esabullo por entre las sombras y busco algo que no sé que es. Es sólo la sensación de querer encontrar algo que mi corazón todavía no revela.

Como una vagabunda mi imaginación hace que camine de calle en calle, por callejones y por plazas. Doblo en la esquina insospechada, sigo por la avenida y vuelvo a girar en sentido contrario... Pero no llego a ninguna parte.


Interrogo a mi corazón que ha hecho que haga este viaje que es lo que busca en realidad. No lo dice, prefiere que siga en esta ciudad desconocida... y entonces lo sé. Sé que te ando buscando, pero no te encuentro.


Regreso a mi punto de partida: mi cama y el calor sofocante. Fui, te busqué y no te encontré.


La otra vez haré una cita contigo, debajo de las estrellas y la luna:
¿Llegarías a conversar conmigo o te desdibujarías entre las sombras?

miércoles, 7 de mayo de 2008

Compás de Espera.

Callé mi voz por un breve instante y dejé que las lágrimas corrieran libremente. Guardé silencio por unos instantes en respeto a mi corazón que fallecía.


Pero en medio de las lágrimas y el silencio, comprendí que no había sonado la última nota de la sinfonía de mi vida. No. Es tan sólo un compás de espera, uno que me permite volcarme en mí misma para atesorar las lecciones aprendidas.

Es tan sólo una suspensión entre notas, el breve espacio de silencio entre la terminación de una y el comienzo de la otra, instante suspendido en el tiempo que me permite visualizar mi pasado, mi presente y mi futuro.


Y he descubierto que en el hoy y en el mañana siguen brillando mis sueños cual estrellas, que mis más recónditos deseos estan tan sólo adormecidos esperando el instante mágico para florecer.


Es tan sólo un compás de espera, el final todavía no puede ser tocado, no puede ser escuchado mientras yo siga de pie, creyendo firmemente que el sol vendrá de nuevo a mi encuentro y con sus tibios rayos borrará todo sendero lacrimoso grabado en mi tez.


Sí, lo reafirmo, es tan sólo un compás de espera: ¡mi corazón volverá a vibrar otra vez!