lunes, 20 de octubre de 2008

Incredulidad

Antes tus palabras eran verdad por siempre,
las atesoraba en mi corazón
y las creía sin dar lugar al atajo de dudas
que asaltaban de vez en cuando mi confiado corazón...
Eran como pequeñas perlas que
me transmitían todo lo que imaginé
alguna vez...
Pero ahora las cosas han cambiado
y por más que quisiera volver a creer
en las palabras vertidas por ti, no puedo.
Es como que si mi corazón se negara
aún a escucharlas, a prestar oídos
a lo que tienes que decir.
Debo reconocer que la sombra de la duda
ha hecho nido en él y todo lo que sucede
es tamizado por su indiscutible presencia,
al final del día lo único que queda
claro es que no confío en ti,
ni en tus palabras que un día fueron
la verdad con la que me alimentaba.
Y aunque no lo creas, me duele
la actitud de mi corazón, pero no puedo
ir en su contra... no debo ir en contra suya.
Quedo entonces en una encrucijada,
el quererte creer como antaño lo hacía
y el no confiar de nuevo en ti.
No sé que camino tomar...
a lo mejor lo conveniente
será seguir alejándome de tu presencia
poco a poco, mientras todavía me quede
un poco de resabio de lo que yo creí
verdad un día.

viernes, 17 de octubre de 2008

Silencio

Si hablas tu, yo me quedo callada.
Si soy yo la que hablo, el papel se invierte
y tu no pronuncias palabra alguna tampoco.
¿Hasta dónde seguiremos con esto?
¿O será que esto es lo que deseamos en verdad?
A lo mejor es más fácil callar que poner en palabras lo que sucede, lo que sentimos y lo que no queremos reconocer.
O puede ser que nuestro orgullo esté privando
por sobre lo que en verdad queremos hacer.
No pienso en regresar a la misma historia
trillada y son destino real.
Sólo pensé que podíamos ser sinceros otra vez.

Frío

Me despierto, fuera de mi cuarto cae la lluvia de manera persistente y el frío se cuela por mis sábanas.
Y es un frío más allá de la simple condición climática. Mi piel tiene frío, mi alma está helada.
Mañanas como esta es cuando se hace presente esa necesidad de tener a alguien al lado mío, que me comparta de la tibieza de su piel, que me haga sentir calidez por dentro.
Quiero despertar a ese mundo de sensaciones por completo desconocidas, sentir a mi cuerpo estallando en un placer nunca antes imaginado...
Me dan ganas de que mi piel conozca la sensación de dedos acariciándola por completo, de que descubran los lugares más recónditos de mi cuerpo, que me besen sin dejar un centímetro sin recorrer con sus labios, de conocer el sabor de una boca ajena, de que mis manos exploren un cuerpo ansioso, que mis piernas se conviertan en un nudo complejo con otro par semejante.
Y mientras tanto el frío sigue haciendo de las suyas con mi piel, suspiro y en él se escapa el secreto de mi ser, me levanto y enfrento un nuevo día, busco el sweter y trato de disimular el verdadero frío de mi ser.
Algún día, algún día espero conocer el sentir calor por dentro...

miércoles, 8 de octubre de 2008

No es odio

No, no es odio,
tampoco es intolerancia
ni alergia emocional.
Es sólo que debo mantener
distancia entre mi camino
y el tuyo, es mejor para mí
y también para ti.
Que así pienso con claridad
las cosas, me dejo sanar
con paciencia y por completo.
Talvés así un día pueda
volver a golpear tu puerta
y regalarte una sonrisa,
sin ser fingida sino real.
Créeme, ahora no me querrás
ver... es mejor esperar a que
la tormenta pase y que el sol
vuelva a brillar con fuerza...
Algún día lo hará,
algún día regresará
y con su tibio rayo
te llegaré a saludar
con la sonrisa puesta
no sólo en el rostro
sino en el alma también.
Así que sólo espera a
que el tiempo pase...
¿Podrás esperar?