¿Desde cuándo nos conocemos?
La vida se disipa en un segundo y ya no importa cuando o como ocurrió nuestro encuentro.
Y aunque parecía que nuestros caminos se cruzaban, en realidad siempre marcaron el desencuentro.
¿Caminas tu más rápido o será que yo me quedo rezagada?
No importa, es solo que caminamos a diferente ritmo, con diferentes prioridades. Aunque parezca que la vida nos une, es solo mientras nos encontramos el próximo desvío y entonces volvemos a nuestras soledades, Mi soledad y tu soledad acompañada.
Y ahora que vuelvo hacia atrás, quizás no debí cruzar la línea esa noche de febrero, aunque ese paso abrió las puertas de un caudal insospechado, el mismo al que debemos poner un dique y dejar en el remanso.
Lo malo es que me estaba acostumbrando a tus labios.
