viernes, 24 de abril de 2009

Sin nada que decir

Estoy casada, mis ojos
se cierran involuntariamente.
Tengo una sensación desconocida
en mi pecho, algo que acelera
mi pulso y no se definir que es.
Quiero vencer el sueño,
tomo mi lapicero y quiero
poner en letras lo que siento.
Pero no puedo.
Es como si esto que siento
amordazara mi boca y atar
a mis manos...
Soy incapaz de pensar
y delucidar lo que quiero.
El propio latido de mi
corazon se hace extraño,
me habla en un lenguaje
que no comprendo.
Me rindo ante la evidencia
y lentamente dejo que
mis ojos se cierren
por completo...

A lo mejor

Fui a visitarte...
no estabas.
El polvo llena
cada esquina
y el jardin esta descuidado.
Fue la primera vez
que pense
que a lo mejor
tengo que acostumbrarme...
Quizas no vuelva
a florecer tu vergel,
quizas el polvo nunca
sea quitado.
A lo mejor te fuiste
para siempre
y yo me quede
en el presente,
viendo a la araña
que teje su tela.

En Paz

He aprendido a decir
no a lo que no deseo
para mi vida.

He aprendido a decir
no a lo que no se
me ajusta.

He aprendido a decir
no a lo que me hace daño.

He aprendido a decir
no a las incoherencias
entre lo que no quiero
y lo que actúo.

He aprendido a decir
no a las manipulaciones
hechas por otros.

He aprendido a que
mis sueños y mis anhelos
son igual de valiosos
que los de otros.

He aprendido a no
dar permiso para que
jueguen con mi corazón
a su antojo.

He aprendido que el
egoísmo no es del todo malo,
si se trata de cuidar
sea uno mismo.

Mi vida al fin tiene
equilibrio entre lo que otros
o me exigen
y lo que yo deseo dar.

Y si bien es cierto
sigo pensando en los otros,
les cuido y les quiero,
eso no impide que
valore lo que yo siento.

Y esto me hace vivir en paz.

Fantasma

Te despediste con
una sóla frase,
una que entre
líneas prometía tu retorno
sin comprometerte
a él realmente.
Y tu suave sonrisa
y el murmullo
de tu voz se diluyó
entre la brisa matutina.
Desde entonces
te convertiste en
un fantasma
que rodea mi morada,
uno que no me persigue
sino al que yo busco
entre la nada.
Y mientras se cumple
el tiempo de tu retorno,
le contaré historias
de risas y lágrimas
al fantasma
que me he formado.
Le cantaré las canciones
de las que sólo sabe mi alma,
se sentará a mi lado
y veremos pasar el invierno.
Hasta que llegues tu y traigas
la primavera en tus pisadas
y con las flores que broten
de tus labios hagas
desaparecer al fantasma
de mi alma...

Buenas Noches

El sol hace tiempo
que dejó sus dominios
en el cielo y dio
paso a su amante
reina oscura.
La noche, con su vestido de gala,
cubre con su velo la ciudad,
invitando a descansar.
Esparce sobre los habitantes
de la tierra, el polvo
mágico de estrellas
que les hace soñar.
Antes de cerrar mis ojos
ante su hechizo ancestral,
te dejo un beso
de buenas noches que volará
hasta tu frente dormida
y se acunará en las
azabache hebras de tu cabello.
Y mañana despertarás
de un dulce sueño
y de inmediato sabrás
que mi beso
te ha ido a visitar.

¿Cómo?

Me dejo llevar por la imaginación
y fantaseo sobre que habría
sucedido si la vida nos hubiese
puesto en el mismo espacio...
¿Nos habríamos conocido
o habríamos pasado de largo
al cruzarnos en alguna calle?
¿Nos habríamos sentado
a compartir una taza de
humeante café tu y yo una de té
o no nos habríamos dado
cuenta de nuestra mutua
presencia en la mesa cercana?
¿Nos habríamos desvelado
hablando de la última película
que vimos y de la nueva
canción que no nos
podemos sacar de la cabeza
o nunca habríamos intercambiado
la más mínima palabra?
¿Nos habríamos reconocido
con sólo vernos a los ojos
o hubiésemos permanecido
siempre como extraños?
¿Nos habríamos prodigado
los más dulces besos
o nuestros labios nunca
hubieran probado su
suavidad respectiva?
¿Nuestras manos hubieran
recorrido el cuerpo del otro
o siempre habrían de
mantenerse alejadas?
¿Qué hubiera pasado
si en realidad nos
hubiésemos conocido?
Talvés la historia fuera distinta
o quizás fuese igual:
nos habríamos encontrado
y después nos habríamos dicho
un adiós para siempre...