sábado, 5 de junio de 2010

Gotitas

Cae una lluvia fina, de esa que a penas y te moja, es como que sólo quisieran las gotitas de colores acaricar tu alma.
De todas maneras hago uso de mi sombrilla, no vaya a ser que por unas gotitas me enferme. Pienso en todo y en nada mientras me abro paso entre los charcos que empiezan a aparecer y me parece irreal caminar entre los jardines de la universidad. ¡Hace tanto tiempo ya que caminaba entre estas sendas con mis libros y cuadernos al hombro!. Hoy son otros lo que presurosos se dirigen a clases mientras yo enfilo rumbo hacia casa, pero tomo mi tiempo, me gusta sentir la caricia helada de la brisa en mi rostro.
Y como de la nada, como traídos por el repiqueto de las gotas en mi sombrilla, los ecos del pasado viene a mi memoria: risas, bromas, miradas, palabras sabias, vivencias, todo se mezcla en mi añoranza...
Los edificios que voy dejando atrás contienen parte de mi historia entre sus paredes, una historia que, al mirar hacia atrás, dibuja una sonrisa en mis labios. Sigo caminando bajo la lluvia, las gotas se han intensificado, no me preocupa, en realidad son viejas amigas cantarinas que traen en su son varios recuerdos de mi corazón.

Frío 2

Corazón...
es el frío del ambiente
el que parece que no deja
latir tus sueños
¿acaso no ves?
está lloviendo,
y la brisa que se
cuela por la ventana
trae consigo un
beso helado...
No Corazón,
no es que la frialdad
ha cercado tu campo
de flores ni tampoco
ha congelado las
alas de las mariposas
multicolores...
Comprende es la lluvia,
es la brisa...
Déjame engañarte
que no eres tú.

Otra vez...

Hace dieciséis años partiste, te fuiste
en la madrugada sin
que nadie pudiese tomar
tu mano para acompañarte
mientras ascendías...
Y el no estar presente
se convirtió en parte
del dolor que dejaste
con tu ausencia, si bien
es cierto las explicaciones
que se dieron fueron
razonables no compensa
el que no te vieras rodeada
de las personas que te amamos...
que te amamos aún hoy después
de tan larga ausencia.
Y hoy he sentido que te vuelves
a escapar de entre mis manos,
que me quedo huérfana otra vez,
que la soledad de no verte
corroe, otra vez, mis entrañas...
Y es que te hacías presente en
los relatos de ese viejito que
creció contigo, que sus cuentos
nos hacían trasladarnos a tu
propio tiempo y espacio,
que comprendimos muchas
verdades que nunca pronunciaste
y cada vez más crecía la admiración
de nosotras por el temple
con el que viviste la vida.
Y hoy ese viejito se fue contigo,
quizás necesitabas compañía
para la infaltable taza de café
de la mañana... pero no dejaste
que nos contara más sobre tu vida
y que nos llevara a conocer los
parajes por donde corrías
de pequeña...
Hoy se fue mi viejito y con él
tus recuerdos...
Te me vuelves a escapar de las manos...
pero nunca te podrás ir de mi corazón,
tu huella sigue húmeda en mi vida
Y nunca podrás irte de esos dominios,
ni aún cuando yo misma fallezca...

Cuento Realidad

Vengan, les voy a contar
un cuento que encierra
una gran verdad:

"La reina de una
Tierra sin Igual,
una mañana soleada
dejó su palacio sin par.
Atrás quedó, en una cajita
de cristal, cualquier
tristeza que le hiciese llorar.
Y se puso su mejor sonrisa
y unas antenitas para alegrar
las caritas que pronto
iría a visitar...
Unas pequitas también dibujó
en sus mejillas de coral,
y una naricita roja fue el
elemento final con el que
decoró su gran disfraz.
Y salió por las montañas
y por los valles también
trayendo alegría por doquier.
Las sonrisas que le regalaban
eran su tesoro preciado
y llenó su alma de la dulzura
de los chiquitos bienamados...
Con un beso sanaba heridas
y con caricias
calmaba el miedo
de todos aquellos que
le salían al encuentro...
Al caer la tarde regresó
al palacio donairoso,
y con el último rayo de
sol que alumbró
se dio cuenta que ese día
le había traído más riqueas
que con las que empezó..."

Para vos... sí, vos que me hiciste partícipe
de esa riqueza que encontraste
perdida en los chiquillos
que visitaste...

Karlacris, 03/05/10.